Los mandatarios del planeta, desde la Cumbre de París en 2015, se han propuesto reducir las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes que vertimos a la atmósfera y frenar el calentamiento del planeta que avanza sin freno. Hablan de grandes cambios políticos y energéticos que logren reducir a menos de dos grados centígrados la subida de la temperatura global. Pero al margen de los necesarios y urgentes cambios estructurales e industriales los ciudadanos podemos con nuestro modo de vida provocar grandes cambios en este sentido. En torno al 19% de las emisiones de gases contaminantes europeas son de origen doméstico, es decir, las generamos en nuestras viviendas a diario. En el caso español, la cifra ronda el 18,5 según los cálculos de Eurostat. Reducirlas esen muchos casos fácil, además de beneficioso para el bolsillo de las familias.
El Gobierno ha dado un paso para premiar la sostenibilidad y el ahorro energético en la vivienda. Por ello, el Ministerio de Hacienda permitirá rebajar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en aquellas viviendas más eficientes. Una enmienda en actual tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales de 2016 abre la puerta a los ayuntamientos que lo deseen para bonificar hasta el 20% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los edificios en función de su eficiencia energética.
Para las viviendas con un certificado energético de máxima eficiencia (A), la reducción será de hasta un 20%; si es B, la máxima rebaja será del 16%; para los inmuebles que tengan un certificado C puede llegar al 12%; el D, hasta el 8% mientras que el E tendrá una rebaja máxima del 4%. Los inmuebles con calificaciones como F ó G no podrán beneficarse de ninguna rebaja. Los propietarios de estas viviendas deberían pensar en el ahorro y los beneficios que supondría realizar reformas que puedan mejorar la eficiencia energética, de camino, también se revaloriza la casa.
La medida del Gobierno trata de fomentar la construcción y compra de bienes inmuebles energéticamente eficientes, así como la realización de instalaciones u obras para la obtención de la referida certificación, explican desde el grupo popular en el Senado donde ha registrado una enmienda al proyecto de presupuestos generales del Estado de 2016. El sector inmobiliario celebra la medida, Tinsa afirma que aplicar bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los edificios más eficientes energéticamente es una forma "muy efectiva" para avanzar en la concienciación de la importancia de la eficiencia energética.
¿Cómo se calcula? ¿Es obligatorio disponer del certificado?
A la hora de otorgar el certificado energético, los técnicos habilitados han de calcular la energía consumida a través de instalaciones que proveen servicios como la calefacción, la refrigeración, el agua caliente o la iluminación. La etiqueta del certificado energético muestra la división de los kilogramos de dióxido de carbono (CO2) por los metros cuadrados de los inmuebles. Los que registren un ratio de emisiones por debajo de los 6,8 kg CO2/m2 al año se le asigna la letra A. La peor nota (la G) es para aquellos que superan los 70,9 kg C02/m2 anuales.
El certificado de eficiencia energética es obligatorio desde el 1 de junio de 2013 el Real Decreto 235/2013, que establece la obligatoriedad de disponer del certificado energético a la hora de comprar piso o casa, al igual que para alquilar un inmueble, así como para los edificios de nueva construcción desarrollados a partir del 2007. No obstante, no es necesario para casas alquiladas durante menos de de cuatro meses, edificios y monumentos protegidos oficialmente, edificios o partes de edificios utilizados exclusivamente como lugares de culto y para actividades religiosas, construcciones provisionales (menos de dos años), edificios industriales, de la defensa y agrícolas, edificios aislados con una superficie útil total inferior a 50 metros cuadrados, edificios que se compren para reformas importantes o demolición y edificios o partes de edificios existentes de viviendas, cuyo uso sea inferior a cuatro meses al año.
¿Cómo conseguir una casa eficiente?
Además de conseguir una futura rebaja del IBI, disponer de una vivienda energéticamente eficiente permite ahorrar hasta 1.675 euros al año, según algunos estudios. En aras de logar el objetivo se pueden llevar a cabo las siguientes medidas:
Aislar bien la vivienda: Desde sellar todos los huecos a instalar burletes en puertas y ventanas, las opciones son muy amplias. También existe la posibilidad de invertir más dinero y cambiar las ventanas por las que disponen de doble acristalamiento. También se puede aprovechar una reforma, aunque es una obra costosa, para cambiar las fachadas del edificio y aumentar los centímetros de espesor de cara a aumentar el aislamiento térmico.
Calefacción: Desde el pasado 26 de septiembre se aplica en España la Directiva europea ERP que obliga a que los equipos generadores de calor vendidos incluyan una etiqueta de eficiencia con calificaciones. El director de Ventas de Bosch Termotecnia en España, Vicente Gallardo, explica que el ahorro que propician las calderas de condensación puede llegar a alcanzar el 30%. Por ello, aunque la ley no impone al consumidor la adquisición de un nuevo sistema de calefacción, Gallardo recomienda "sustituir un equipo por otro de mejores prestaciones que proporcione un mayor ahorro y una menor cantidad de emisiones contaminantes".
Agua caliente: La directiva que entró en vigor el pasado 26 de septiembre también obliga a que los sistemas de producción de agua caliente en venta incluyan información adicional sobre la capacidad de producción a través del establecimiento de unas tallas, equivalentes a las de la ropa (S, M, L, etc.).
Cambiar los electrodomésticos: Un hogar medio en España consume algo más de 4.000 kWh al año de electricidad, según datos de IDAE. Si se quiere primar la sostenibilidad es recomendable aprovechar los "planes Renove" de las comunidades autónomas para adquirir electrodomésticos eficientes con etiquetas de alta calificación como A+, A++ ó A+++.
Aire acondicionado: Los equipos de aire acondicionado ya introdujeron el etiquetado eficiente en 2013. Desde el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) se aconseja incluso recurrir a métodos alternativos para refrescar la vivienda en verano como la instalación de sistemas evaporativos, el uso de ventiladores (consumen muy poca electricidad) o incluso el de toldos para evitar que entre la luz del sol.
La mayoría de lospisos y casas en España derrochan energía, a la vez que pierden dinero y confort por todas partes. Hasta el día de hoy, el ahorro que supone la eficiencia energética en la vivienda parece que no se termina de valorar en España.
Bien por desidia, por la crisis económica o por desinformación, al conjunto de viviendas en España le está "sacando los colores" la etiqueta del certificado energético(dividida en niveles de eficiencia de la A a la G) que deben incluir los anuncios de casas en venta o los pisos en alquiler. Esta etiqueta, similar al de los electrodomésticos, es obligatoria desde junio de 2013 y tiene su origen en una directiva europea. El fin no es otro que medir la energía consumida y las emisiones del inmueble.
Tras año y medio de su puesta en marcha, el parque inmobiliario español mantiene un generalizado suspenso en eficiencia energética. Así, según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) la mayor parte de las viviendas certificadas en España están en la parte baja de la escala: el 45% son E y el 28% son G. Las viviendas de mayor calidad y eficiencia: A, B y C apenas suman el 4,3%.
Aún la eficiencia energética no ha calado entre compradores e inquilinos, que siguen sin comprender la utilidad de este certificado, que ven como un gasto más y no como un ahorro energético y económico. Según Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria"No es un elemento decisorio para comprar o alquilar una vivienda. Somos poco exigentes a la hora de valorar las ventajas que supone".
Quizá porque falta información. Muchos propietarios desconocen que necesitan el certificado energético y otros lo hacen durante la firma del contrato, cuando debe ser antes de anunciar la vivienda.
Según el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en junio de 2014 se calificaron 645.359 inmuebles. Suponen apenas el 12,9% de los cinco millones que lo requerían. Y eso que las multas alcanzan los 6.000 euros. En la Comunidad de Madrid, durante 2014 se han tramitado 120.397 certificados, de los que 65.934 han sido E y 21.231 han sido G, según la Consejería de Economía y Hacienda. Curiosamente, hay más casas D (17.190) que F (11.583).
Además del cumplimiento irregular, existe una preocupante disparidad en el precio, que en apenas un año ha bajado hasta un 50%. Los hay desde 50 euros en Madrid y Galicia hasta 90 euros en La Rioja y Canarias, según los datos de la plataforma Certicalia. No es raro, ya que entre técnicos de la misma ciudad el coste puede ser el doble, donde por ejemplo, en Madrid al dueño de un piso con unas determinadas características le pueden cobrar por el informe entre 150 euros con IVA, mientras que apenas pasaría los 60 euros que suelen facturar otras firmas.
El propietario tiene un mes de plazo para registrar el certificado. Y, de nuevo, discrepancias. El registro es gratuito en Madrid (por vía telemática), Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Navarra y País Vasco. En La Rioja cuesta 37,95 euros, en Cataluña 11 y en Valencia 10 euros.
En el certificado energético, el ingeniero, técnico o arquitecto debe tener en cuenta la envolvente, que incluye la orientación y zonas de sombra, los muros de fachada y particiones interiores, puertas y ventanas por donde pueda escapar el frío y el calor. Y, por otro lado, la calefacción, aire acondicionado y agua caliente sanitaria. También, la orientación y antigüedad. El dossier, de unos seis folios, debe explicar con todo detalle dónde ha detectado que se producen gastos innecesarios en las diferentes instalaciones del inmueble. Y algo que incumplen nueve de cada 10 etiquetas energéticas es la información relativa a qué debe hacer el propietario de la casa para mejorar en una o varias letras la calificación obtenida.
¿Cuánto gasta una vivienda?
Normalmente siempre se pregunta cuánto cuesta el piso o casa que nos interesa, pero rara vez se pregunta cuánto gasta. Según los expertos, una vivienda de 100 metros con letra E consume en energía 1.010 euros anuales. Para Inés García, directora de comunicación de Certicalia "Esta estimación es muy útil para los que estén comparando casas para su compra o alquiler. Entre una G, la peor, y otra E, la más frecuente, ya hay una diferencia de más de 1.000 euros al año". El año pasado el 90% de las casas y pisos calificados suspendía en eficiencia energética, siendo la mayoría E, F y G, las peores.
Lo que más penaliza es la energía eléctrica. Cuántos más equipos, peores resultados. Si, además, carece de aislamiento, la G está asegurada. "Las calificaciones F y G son para viviendas sin aislamiento térmico", señala Javier Méndez, director del Gabinete Técnico del Colegio de Aparejadores de Madrid, que recuerda que en España la mitad del parque de viviendas (unos 25 millones) se ha construido con una normativa que no exigía aislar. Son datos para que el cliente se haga una idea de cuánto va a pagar en calefacción y agua caliente y se decante por el piso más eficiente. Además, por ahora, la letra no ha provocado subidas en los precios.
La mayoría de las viviendas con letra G tienen unacaldera antigua que gasta en exceso. La de condensación es la más eficiente del mercado porque aprovecha el calor producido en la combustión y permite ahorros de hasta el 30% en el consumo. Su precio va desde 1.100 hasta 2.100 euros. No hay que olvidar los termostatos para regular la temperatura (mejor si es programable y digital), cuyos precios van desde 12 hasta 260 euros. Y los repartidores de calor cuando se trata de calderas centralizadas (obligatorio en 2016, reduce el consumo de calefacción un 15% y cuesta 25 euros por radiador). Si toca cambiar la caldera comunitaria, las de biomasa son las que más puntúan.
¿Qué hacer para subir una letra si contamos con poco presupuesto?
Que los propietarios no se vengan abajo. La E no es una mala nota para pisos anteriores a 2007. En los posteriores, que cumplen con el Código Técnico de la Edificación (CTE), las calificaciones deberían estar más cerca de la D. "A y B está reservado a vivienda nueva cuyo promotor ha puesto un empeño especial, un chalé hecho por encargo o un bloque de pisos singular".
En las viviendas con peores calificaciones pueden hacer algunas mejoras para subir una o dos letras. De hecho, los técnicos deben aconsejar medidas de mejora y especificar cuánto cuestan. Si bien, el objetivo no debe ser la nota, sino el precio y el tiempo en amortizarlo. Según los expertos "Las inversiones inmediatas pueden tener un retorno económico de tres años y otras de 25, pero unas son definitivas y reducen drásticamente los consumos y las otras no".
Lo más rentable es aislar y sustituir las ventanas. "Si primero actúas sobre el aislamiento y las ventanas y luego cambias la caldera subes, al menos, una letra", apunta Luis Mateo, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat). Con inversiones adecuadas, los consumos se podrían reducir en un 70%. Aislar por la fachada consigue ahorros de hasta el 50% pero depende de la comunidad de vecinos. Otra opción es hacerlo por dentro del piso con lana de roca, poliestireno...
¿Dónde pedir las ayudas para la rehabilitación?
Antes de hacer las mejoras en casa conviene preguntar por los planes renove de cada comunidad autónoma. Actualmente está en marcha el Plan Estatal de Fomento del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación Edificatoria y la Regeneración y Renovación Urbanas 2013-2016 del Ministerio de Fomento, que gestiona subvenciones y ayudas en la mayoría de las comunidades autónomas. El Ministerio financia hasta el 35% del coste de la actuación, con un límite de 11.000 euros por vivienda a rehabilitar. Estas ayudas son para los edificios construidos con anterioridad a 1981.
En la mayoría de las comunidades suelen existir planes renove para rehabilitación energética. En el caso de Madrid, este año se lanzarán 14 planes y es muy probable que en febrero se pongan en marcha nuevas ediciones del Plan Renove de Ventanas y de Calderas Individuales.
A nivel nacional existe el programa PAREER del IDAE. Hay cuatro actuaciones posibles. La primera son subvenciones y ayudas por medidas en la envolvente (aislamiento y ventanas) que supongan la ganancia de una letra.
Fuente: elpais.com
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La evolución del mercado del alquiler en España, en lo que respecta a la certificación energética de inmuebles muestra datos preocupantes tras algo más de un año que se aprobó su obligatoriedad. Así, según un estudio el estudio realizado por Certicalia hasta un 83% de las casas y pisos en alquiler examinados suspende en eficiencia energética.Además, llama la atención que mientras que los pisos en venta representan el 75% de los certificados, sólo un 25% corresponde a viviendas en alquiler.
A falta de datos oficiales, son las empresas de certificación las que nos van informando un poco sobre cómo evoluciona el Certificado Energético sobre inmuebles, obligación para todos los que tengan en venta o alquilar su vivienda, y su aplicación desde el pasado 1 de junio de 2013, a instancias de Europa. Así, en este caso, el estudio realizado por Certicalia es de los pocos que aportan datos estadísticos sobre el número de viviendas en alquiler certificadas y la calificación energética obtenida.
No obstante, pese a este alto porcentaje, la calificación energética de viviendas alquiladas no es mejor que el de la vivienda en venta. Según el estudio, el 83% de inmuebles en alquiler suspende en eficiencia energética obteniendolas tres notas más bajas: E (52%), F (12%) y G (19%). Sólo un 14% de los inmuebles ha sacado una D y apenas el 3% aprueban con las mejores calificaciones: A, B y C.
Los datos oficiales no diferencian entre venta y alquiler
No se entiende muy bien por qué no existe una estadística oficial sobre el número de viviendas en alquiler que disponen de certificado energético. Es más, los técnicos que redactan este certificado no están obligados a aportarel estado del régimen en que se encuentra el inmueble a la comunidad autónoma correspondiente.
De este modo, aunque el Real Decreto 235/2013 excluye de las obligaciones de certificación energética a los propietarios de viviendas en alquiler con un uso inferior a cuatro meses al año o con un consumo previsto de energía inferior al 25%, según Encarna Cordero, catedrática de Derecho Civil de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) "se trata de una regla de difícil control". "No hay consecuencia alguna con respecto a las viviendas que, estando inicialmente excluidas, sin embargo fueron objeto de una ocupación superior o de un mayor consumo de energía". Exclusión que es, por lo tanto, difícil de gestionar por la Administración.
Así, en un contrato de alquiler tampoco tiene por qué existir una tercera parte, además del arrendador y el arrendatario, en la celebración del mismo. Por ello, según José Luis López, de la Asociación de Ciencias Ambientales "aunque no exista el certificado de eficiencia energética, si el inquilino no lo exige, aunque está en su derecho, se firmará el contrato y nadie informará de que es obligatorio contar con él desde el 1 de junio de 2013". Muy distinta es la situación para las casas en venta. En este caso, según Certicalia "los propietarios se ven más obligados a cumplir con la normativa porque su contrato pasa por la Notaría, donde sí que se les exige el certificado energético".
En conjunto, Certicalia estima que de los 645.359 inmuebles certificados y registrados (pisos, locales, chalets, edificios y oficinas) según los datos que publicó el pasado mes de julio el Ministerio de Industria, 406.926 estarían destinados a la venta y 212.968 al alquiler.
El 85% de los inmuebles en España incumple con la normativa europea que establece la obligatoriedad de tener un certificado de eficiencia energética. Un año después de su aprobación, solo el 15% restante cumple con el reglamento, según Alquiler Seguro, que creen que esta normativa "se ha convertido en un mero mecanismo recaudatorio".
Según destaca Alquiler Seguro: "la poca información, la falta de concienciación y la escasez de ayudas administrativas para la implantación de la normativa convergen en un fracaso de la Dirección General de Industria".
Para esta empresa, los "propietarios e inquilinos lo entienden como un gasto más, ya que no se le ha dado el sentido que tiene a nivel europeo como información y mejora del consumo energético de las viviendas"
Por otro lado, apuntan que, a pesar de que la ley establecía medidas sancionadoras, "nunca se han producido". En este sentido, Alquiler Seguro indica que en lo que va de año sólo la Comunidad de Madrid ha interpuesto una sanción económica a un profesional que falseó los datos de la expedición de un certificado de eficiencia energética.
Para Alquiler Seguro, "tener un certificado A o G no influye en la toma de decisión de los inquilinos, sigue primando la cercanía al trabajo o las comodidades del piso muy por encima de la eficiencia energética". Por otro lado, según Certicalia, empresa especializada en certificación "la mayoría de los clientes solicitan el certificado energético en el momento de la firma del contrato de venta o alquiler” en lugar de cuando el inmueble se está anunciado como indica la normativa.
Además, las trabas burocráticas y la no homogenización por parte de las comunidades es uno de los mayores inconvenientes: "algunas comunidades cobran, otras establecen impuestos especiales, en otras es gratis. Si hubiese una normativa común no habría tanta confusión entre los afectados".
Así, según los datos del Ministerio de Industria, de entre el excaso 15% de inmuebles con certificado energético, el 85% ha sido certificados con las calificaciones más bajas, casi la mitad de los inmuebles tienen una calificación E en una escala que va de la A a la G, y apenas un 4% alcanzan las calificaciones A, B y C. Según los expertos son resultados "previsibles" teniendo en cuenta que se están certificando viviendas anteriores a 2007. Son los inmuebles de nueva construcción los que cumplen ya con las exigencias del Código Técnico de la Edificación (CTE), en los que cabe calificaciones entre la C y la A.
Por otra parte, según Certicalia desde el 1 de junio de 2013 hasta hoy el precio del certificado energético ha descendido hasta en un 50%. Así, en junio del año pasado el precio del certificado se movía alrededor de los 120 euros mientras que a día de hoy el precio medio del certificado es de 60 euros.
El Real Decreto 235/2013 que obliga a que las viviendas en venta o alquiler muestren su certificación energética, pronto cumplirá un año desde su entrada en vigor en junio del pasado año 2013. En este tiempo, la tónica dominante siguen siendo las diferencias en el precio para gestionar este trámite según la comunidad autónoma en la que se encuentre el inmueble. Y es que, en función de cada región, los ciudadanos deben asumir unos costes diferentes para cumplir con una obligación que tiene su origen en una Directiva Europea.
Además, las diferencias en la cuantía de las tasas entre las diferentes comunidades autónomas en algunos casos es bastante notable, que se acentúan aún más si tenemos en cuenta el precio fijado por los técnicos. Según datos de Certicalia, plataforma certificadora a nivel nacional, los precios por certificar energéticamente una vivienda de entre 50 y 80 metros cuadrados, varían desde los 50 euros en Madrid hasta los casi 128 euros de La Rioja. Según la certificadora, la explicación de esta gran diferencia de precio es la menor demanda de certificados en la comunidad riojana y el tener el coste por registro más alto de España (37,95 euros).
No todas las comunidades autónomas cobran por registrar el certificado. Podemos encontrar comunidades donde los registros son gratuitos como en Madrid, Asturias o Cantabria, y comunidades que cobran una tasa por registro: 38 euros en el caso de La Rioja, pasando por los 29,10 euros en Castilla y León, los 11 euros en Cataluña o los 23 en Murcia. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) "Una cuantía económica que debería estar justificada por el tipo de gestión administrativa implantada (registro presencial o vía web) y el alcance del control e inspección de los certificados que vaya a realizar cada Comunidad". Pero no siempre es así. En Madrid, por ejemplo, el registro del certificado es telemático; no así en Cantabria o Asturias, donde el registro es exclusivamente presencial y supone un sobrecoste por el desplazamiento y la presentación de la documentación en papel y en soporte digital, aclaran en Certicalia.
Una situación que según la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) "No tiene mucho sentido. Si se hubiese habilitado y acordado un registro único estatal, respetando, lógicamente, las competencias de cada comunidad autónoma, los costes de implantación de la normativa se hubiesen minimizado".
A partir del 1 de junio, nueva tasa en Navarra y País Vasco
A todo esto, a partir del 1 de junio, Navarra y País Vasco obligarán al propietario de una vivienda o edificio con calificación energética A o B ( las más eficientes) en la primera de ellas, y A, B y C, si el inmueble se encuentra en la segunda, a encargar a un agente acreditado un informe favorable del primer certificado. Un coste que no fijan estas comunidades, pero que será un "poco inferior al de la propia certificación", asegura Manuel Sayagués, director técnico de Energía de ATISAE, uno de los Organismos de Control Autorizado recomendados por el Gobierno Vasco. Según este organismo "hay que entender que el trabajo del control externo consiste en revisar que los datos de entrada al programa de calificación son correctos, lo que implica visitar el edificio, y recalcular la calificación con el mismo programa que se usó en la certificación".
Desde la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) consideran que estas dos comunidades pretenden, con esta medida, realizar un control más exhaustivo para comprobar la veracidad de los inmuebles que han obtenido mejor calificación. No en vano, el capítulo del Real Decreto 235/2013 dedicado al control de los certificados dice que las comunidades autónomas podrán delegar esta responsabilidad en agentes independientes.
Sin embargo, el presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (Cogiti), José Antonio Galdón, no entiende por qué otro agente tiene que certificar el trabajo que ya ha calificado un primer técnico. ¿Acaso se está tirando por tierra la profesionalidad y responsabilidad del primer certificador? "Lejos de favorecer a los propietarios de viviendas y edificios eficientes, se les penaliza con tener que pagar un nuevo certificado".
Residencial Marsella es una promoción del Grupo Premier que opta a ser el primer edificio de viviendas en España con todas las medidas necesarias para la obtención de la Calificación Energética A, con la garantía del certificado BREEAM. Según los responsables del proyecto, la decisión se tomó con un triple objetivo: avanzar hacia una construcción más sostenible, la mejora de la calidad de las viviendas, y un ahorro económico para sus propietarios.
El certificado BREEAM promueve una estructura saludable y productiva para sus ocupantes y eficiente en los recursos que emplea, con ahorros de consumo energético entre el 30 y 70%, o de agua hasta un 40%. Permite disminuir los gastos de mantenimiento del edificio entre un 7 y 8%, que aumenta el valor de estos pisos un 7,5% de media, y sus rentas un 3%, así como la tasa de ocupación de los mismos crece un 3,5% según diversos estudios independientes.
Se trata de 40 viviendas de 12 tipologías con una superficie total de 3.630 metros cuadrados, ubicada en la zona de Villa de Vallecas, de la ciudad de Madrid, y en la que los ahorros estimados respecto a una edificación similar estándar son del 20% en el consumo de agua, de 30,5 KWh/m2 en consumos energéticos, y de 28,6 KgCO2/m2 en términos de emisiones.
Aspectos sostenibles del proyecto
El proyecto ha sido elaborado por Arquitectos García Alba, siendo AVINTIA el contratista principal, VYGAS la firma encargada de la ingeniería de instalaciones y ASDINI GREEN del informe ecológico. Tras exhaustivo estudios previos, se decidió apostar, entre otras, por las siguientes medidas para obtener estos resultados de máxima eficiencia energética:
Calefacción y agua caliente centralizada, con caldera de biomasa de alto rendimiento y eficiencia energética, con unas bajas emisiones de NOx y CO2.
Iluminación exterior e interior de zonas comunes, mediante luces tipo LED y bombillas de bajo consumo. Uso de luminarias exteriores diseñadas especialmente para reducir la contaminación lumínica nocturna.
Instalación de aparatos sanitarios con doble descarga y griferías de bajo consumo.
Equipamiento de varios puntos de recarga de coches eléctricos en el garaje, y ascensores eficientes con iluminación LED y modo de espera en Stand-By.
Desarrollo a través del Contratista Principal de una gestión efectiva y apropiada de los residuos consiguiendo la reutilización, reciclaje o valorización de casi la totalidad de los residuos de obra.
Proyecto de ajardinamiento con plantas autóctonas, instalación de compostadora para la gestión de los residuos de poda, y uso de riego por goteo con incorporación de sensores de humedad del suelo, para el cual se empleará agua recuperada de un sistema de aguas pluviales.
Fachadas de ladrillo visto o ladrillo tosco revestido de mortero monocapa decorativo con aislamiento termo acústico mejorado en su interior.
Carpintería exterior de aluminio con rotura de puente térmico y vidrio con doble acristalamiento térmico con cámara deshidratada y bajo emisivo en miradores, lo que reduce al máximo las perdidas caloríficas del edificio.
Persianas de aluminio enrollables con aislamiento térmico en su interior, en dormitorios y salón. Miradores con sistema de oscurecimiento.
Aislamiento térmico mejorado en suelos de viviendas, sobre zonas no calefactadas, y cubierta plana sobre estructura con aislamiento térmico mejorado.
La eficiencia energética de edificios es una de las políticas en las que se debería de basar la reactivación de la economía y del empleo, según los expertos. Ya no sólo como base fundamental para la construcción de nuevas viviendas. Sólo en concepto de rehabilitación, entre 250.000 y 400.000 viviendas anuales generaría entre 180.000 y 290.000 empleos directos con un volumen de actividad económica de entre 9.000 y 14.400 millones de euros anuales, según el Ministerio de Fomento.
El Grupo Premier, que actualmente también tienen desarrollos en ejecución en Arganda del Rey y en Hospitalet de Llobregat (Barcelona), tras la excepcional acogida de esta medida por parte de sus clientes y su apuesta decidida por un desarrollo más sostenible, lo ven claro: "Se implementará en nuestro sistema de calidad la ejecución de todas nuestras viviendas con la Calificación Energética A". Sin duda, hacer del mundo un lugar más sostenible nos beneficia a todos.
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