De momento, en España hay un total de 566 edificios certificados con el sello Breeam, y más de 100.000 metros cuadrados certificados por Passivhaus en 350 viviendas y espacios públicos.
Breeam fue el primer certificado de edificación sostenible del mundo y valora 49 requisitos distintos con los que da una puntuación entre el 1 y el 5 a un inmueble, aunque no es necesario cumplirlos todos para que la propiedad sea calificada como sostenible.
Sin embargo, no hay datos concluyentes sobre el número de hipotecas verdes en España, en parte porque se trata de un mercado incipiente que se espera que aumente teniendo en cuenta la mayor apuesta por los edificios sostenibles y el retraso con respecto a Europa.
Los mandatarios del planeta, desde la Cumbre de París en 2015, se han propuesto reducir las emisiones de CO2 y otros gases contaminantes que vertimos a la atmósfera y frenar el calentamiento del planeta que avanza sin freno. Hablan de grandes cambios políticos y energéticos que logren reducir a menos de dos grados centígrados la subida de la temperatura global. Pero al margen de los necesarios y urgentes cambios estructurales e industriales los ciudadanos podemos con nuestro modo de vida provocar grandes cambios en este sentido. En torno al 19% de las emisiones de gases contaminantes europeas son de origen doméstico, es decir, las generamos en nuestras viviendas a diario. En el caso español, la cifra ronda el 18,5 según los cálculos de Eurostat. Reducirlas esen muchos casos fácil, además de beneficioso para el bolsillo de las familias.
El Gobierno ha dado un paso para premiar la sostenibilidad y el ahorro energético en la vivienda. Por ello, el Ministerio de Hacienda permitirá rebajar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) en aquellas viviendas más eficientes. Una enmienda en actual tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales de 2016 abre la puerta a los ayuntamientos que lo deseen para bonificar hasta el 20% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los edificios en función de su eficiencia energética.
Para las viviendas con un certificado energético de máxima eficiencia (A), la reducción será de hasta un 20%; si es B, la máxima rebaja será del 16%; para los inmuebles que tengan un certificado C puede llegar al 12%; el D, hasta el 8% mientras que el E tendrá una rebaja máxima del 4%. Los inmuebles con calificaciones como F ó G no podrán beneficarse de ninguna rebaja. Los propietarios de estas viviendas deberían pensar en el ahorro y los beneficios que supondría realizar reformas que puedan mejorar la eficiencia energética, de camino, también se revaloriza la casa.
La medida del Gobierno trata de fomentar la construcción y compra de bienes inmuebles energéticamente eficientes, así como la realización de instalaciones u obras para la obtención de la referida certificación, explican desde el grupo popular en el Senado donde ha registrado una enmienda al proyecto de presupuestos generales del Estado de 2016. El sector inmobiliario celebra la medida, Tinsa afirma que aplicar bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los edificios más eficientes energéticamente es una forma "muy efectiva" para avanzar en la concienciación de la importancia de la eficiencia energética.
¿Cómo se calcula? ¿Es obligatorio disponer del certificado?
A la hora de otorgar el certificado energético, los técnicos habilitados han de calcular la energía consumida a través de instalaciones que proveen servicios como la calefacción, la refrigeración, el agua caliente o la iluminación. La etiqueta del certificado energético muestra la división de los kilogramos de dióxido de carbono (CO2) por los metros cuadrados de los inmuebles. Los que registren un ratio de emisiones por debajo de los 6,8 kg CO2/m2 al año se le asigna la letra A. La peor nota (la G) es para aquellos que superan los 70,9 kg C02/m2 anuales.
El certificado de eficiencia energética es obligatorio desde el 1 de junio de 2013 el Real Decreto 235/2013, que establece la obligatoriedad de disponer del certificado energético a la hora de comprar piso o casa, al igual que para alquilar un inmueble, así como para los edificios de nueva construcción desarrollados a partir del 2007. No obstante, no es necesario para casas alquiladas durante menos de de cuatro meses, edificios y monumentos protegidos oficialmente, edificios o partes de edificios utilizados exclusivamente como lugares de culto y para actividades religiosas, construcciones provisionales (menos de dos años), edificios industriales, de la defensa y agrícolas, edificios aislados con una superficie útil total inferior a 50 metros cuadrados, edificios que se compren para reformas importantes o demolición y edificios o partes de edificios existentes de viviendas, cuyo uso sea inferior a cuatro meses al año.
¿Cómo conseguir una casa eficiente?
Además de conseguir una futura rebaja del IBI, disponer de una vivienda energéticamente eficiente permite ahorrar hasta 1.675 euros al año, según algunos estudios. En aras de logar el objetivo se pueden llevar a cabo las siguientes medidas:
Aislar bien la vivienda: Desde sellar todos los huecos a instalar burletes en puertas y ventanas, las opciones son muy amplias. También existe la posibilidad de invertir más dinero y cambiar las ventanas por las que disponen de doble acristalamiento. También se puede aprovechar una reforma, aunque es una obra costosa, para cambiar las fachadas del edificio y aumentar los centímetros de espesor de cara a aumentar el aislamiento térmico.
Calefacción: Desde el pasado 26 de septiembre se aplica en España la Directiva europea ERP que obliga a que los equipos generadores de calor vendidos incluyan una etiqueta de eficiencia con calificaciones. El director de Ventas de Bosch Termotecnia en España, Vicente Gallardo, explica que el ahorro que propician las calderas de condensación puede llegar a alcanzar el 30%. Por ello, aunque la ley no impone al consumidor la adquisición de un nuevo sistema de calefacción, Gallardo recomienda "sustituir un equipo por otro de mejores prestaciones que proporcione un mayor ahorro y una menor cantidad de emisiones contaminantes".
Agua caliente: La directiva que entró en vigor el pasado 26 de septiembre también obliga a que los sistemas de producción de agua caliente en venta incluyan información adicional sobre la capacidad de producción a través del establecimiento de unas tallas, equivalentes a las de la ropa (S, M, L, etc.).
Cambiar los electrodomésticos: Un hogar medio en España consume algo más de 4.000 kWh al año de electricidad, según datos de IDAE. Si se quiere primar la sostenibilidad es recomendable aprovechar los "planes Renove" de las comunidades autónomas para adquirir electrodomésticos eficientes con etiquetas de alta calificación como A+, A++ ó A+++.
Aire acondicionado: Los equipos de aire acondicionado ya introdujeron el etiquetado eficiente en 2013. Desde el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) se aconseja incluso recurrir a métodos alternativos para refrescar la vivienda en verano como la instalación de sistemas evaporativos, el uso de ventiladores (consumen muy poca electricidad) o incluso el de toldos para evitar que entre la luz del sol.
La mayoría de lospisos y casas en España derrochan energía, a la vez que pierden dinero y confort por todas partes. Hasta el día de hoy, el ahorro que supone la eficiencia energética en la vivienda parece que no se termina de valorar en España.
Bien por desidia, por la crisis económica o por desinformación, al conjunto de viviendas en España le está "sacando los colores" la etiqueta del certificado energético(dividida en niveles de eficiencia de la A a la G) que deben incluir los anuncios de casas en venta o los pisos en alquiler. Esta etiqueta, similar al de los electrodomésticos, es obligatoria desde junio de 2013 y tiene su origen en una directiva europea. El fin no es otro que medir la energía consumida y las emisiones del inmueble.
Tras año y medio de su puesta en marcha, el parque inmobiliario español mantiene un generalizado suspenso en eficiencia energética. Así, según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) la mayor parte de las viviendas certificadas en España están en la parte baja de la escala: el 45% son E y el 28% son G. Las viviendas de mayor calidad y eficiencia: A, B y C apenas suman el 4,3%.
Aún la eficiencia energética no ha calado entre compradores e inquilinos, que siguen sin comprender la utilidad de este certificado, que ven como un gasto más y no como un ahorro energético y económico. Según Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria"No es un elemento decisorio para comprar o alquilar una vivienda. Somos poco exigentes a la hora de valorar las ventajas que supone".
Quizá porque falta información. Muchos propietarios desconocen que necesitan el certificado energético y otros lo hacen durante la firma del contrato, cuando debe ser antes de anunciar la vivienda.
Según el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en junio de 2014 se calificaron 645.359 inmuebles. Suponen apenas el 12,9% de los cinco millones que lo requerían. Y eso que las multas alcanzan los 6.000 euros. En la Comunidad de Madrid, durante 2014 se han tramitado 120.397 certificados, de los que 65.934 han sido E y 21.231 han sido G, según la Consejería de Economía y Hacienda. Curiosamente, hay más casas D (17.190) que F (11.583).
Además del cumplimiento irregular, existe una preocupante disparidad en el precio, que en apenas un año ha bajado hasta un 50%. Los hay desde 50 euros en Madrid y Galicia hasta 90 euros en La Rioja y Canarias, según los datos de la plataforma Certicalia. No es raro, ya que entre técnicos de la misma ciudad el coste puede ser el doble, donde por ejemplo, en Madrid al dueño de un piso con unas determinadas características le pueden cobrar por el informe entre 150 euros con IVA, mientras que apenas pasaría los 60 euros que suelen facturar otras firmas.
El propietario tiene un mes de plazo para registrar el certificado. Y, de nuevo, discrepancias. El registro es gratuito en Madrid (por vía telemática), Andalucía, Aragón, Canarias, Cantabria, Navarra y País Vasco. En La Rioja cuesta 37,95 euros, en Cataluña 11 y en Valencia 10 euros.
En el certificado energético, el ingeniero, técnico o arquitecto debe tener en cuenta la envolvente, que incluye la orientación y zonas de sombra, los muros de fachada y particiones interiores, puertas y ventanas por donde pueda escapar el frío y el calor. Y, por otro lado, la calefacción, aire acondicionado y agua caliente sanitaria. También, la orientación y antigüedad. El dossier, de unos seis folios, debe explicar con todo detalle dónde ha detectado que se producen gastos innecesarios en las diferentes instalaciones del inmueble. Y algo que incumplen nueve de cada 10 etiquetas energéticas es la información relativa a qué debe hacer el propietario de la casa para mejorar en una o varias letras la calificación obtenida.
¿Cuánto gasta una vivienda?
Normalmente siempre se pregunta cuánto cuesta el piso o casa que nos interesa, pero rara vez se pregunta cuánto gasta. Según los expertos, una vivienda de 100 metros con letra E consume en energía 1.010 euros anuales. Para Inés García, directora de comunicación de Certicalia "Esta estimación es muy útil para los que estén comparando casas para su compra o alquiler. Entre una G, la peor, y otra E, la más frecuente, ya hay una diferencia de más de 1.000 euros al año". El año pasado el 90% de las casas y pisos calificados suspendía en eficiencia energética, siendo la mayoría E, F y G, las peores.
Lo que más penaliza es la energía eléctrica. Cuántos más equipos, peores resultados. Si, además, carece de aislamiento, la G está asegurada. "Las calificaciones F y G son para viviendas sin aislamiento térmico", señala Javier Méndez, director del Gabinete Técnico del Colegio de Aparejadores de Madrid, que recuerda que en España la mitad del parque de viviendas (unos 25 millones) se ha construido con una normativa que no exigía aislar. Son datos para que el cliente se haga una idea de cuánto va a pagar en calefacción y agua caliente y se decante por el piso más eficiente. Además, por ahora, la letra no ha provocado subidas en los precios.
La mayoría de las viviendas con letra G tienen unacaldera antigua que gasta en exceso. La de condensación es la más eficiente del mercado porque aprovecha el calor producido en la combustión y permite ahorros de hasta el 30% en el consumo. Su precio va desde 1.100 hasta 2.100 euros. No hay que olvidar los termostatos para regular la temperatura (mejor si es programable y digital), cuyos precios van desde 12 hasta 260 euros. Y los repartidores de calor cuando se trata de calderas centralizadas (obligatorio en 2016, reduce el consumo de calefacción un 15% y cuesta 25 euros por radiador). Si toca cambiar la caldera comunitaria, las de biomasa son las que más puntúan.
¿Qué hacer para subir una letra si contamos con poco presupuesto?
Que los propietarios no se vengan abajo. La E no es una mala nota para pisos anteriores a 2007. En los posteriores, que cumplen con el Código Técnico de la Edificación (CTE), las calificaciones deberían estar más cerca de la D. "A y B está reservado a vivienda nueva cuyo promotor ha puesto un empeño especial, un chalé hecho por encargo o un bloque de pisos singular".
En las viviendas con peores calificaciones pueden hacer algunas mejoras para subir una o dos letras. De hecho, los técnicos deben aconsejar medidas de mejora y especificar cuánto cuestan. Si bien, el objetivo no debe ser la nota, sino el precio y el tiempo en amortizarlo. Según los expertos "Las inversiones inmediatas pueden tener un retorno económico de tres años y otras de 25, pero unas son definitivas y reducen drásticamente los consumos y las otras no".
Lo más rentable es aislar y sustituir las ventanas. "Si primero actúas sobre el aislamiento y las ventanas y luego cambias la caldera subes, al menos, una letra", apunta Luis Mateo, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (Andimat). Con inversiones adecuadas, los consumos se podrían reducir en un 70%. Aislar por la fachada consigue ahorros de hasta el 50% pero depende de la comunidad de vecinos. Otra opción es hacerlo por dentro del piso con lana de roca, poliestireno...
¿Dónde pedir las ayudas para la rehabilitación?
Antes de hacer las mejoras en casa conviene preguntar por los planes renove de cada comunidad autónoma. Actualmente está en marcha el Plan Estatal de Fomento del Alquiler de Viviendas, la Rehabilitación Edificatoria y la Regeneración y Renovación Urbanas 2013-2016 del Ministerio de Fomento, que gestiona subvenciones y ayudas en la mayoría de las comunidades autónomas. El Ministerio financia hasta el 35% del coste de la actuación, con un límite de 11.000 euros por vivienda a rehabilitar. Estas ayudas son para los edificios construidos con anterioridad a 1981.
En la mayoría de las comunidades suelen existir planes renove para rehabilitación energética. En el caso de Madrid, este año se lanzarán 14 planes y es muy probable que en febrero se pongan en marcha nuevas ediciones del Plan Renove de Ventanas y de Calderas Individuales.
A nivel nacional existe el programa PAREER del IDAE. Hay cuatro actuaciones posibles. La primera son subvenciones y ayudas por medidas en la envolvente (aislamiento y ventanas) que supongan la ganancia de una letra.
Fuente: elpais.com
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El Real Decreto 235/2013 aprobado por el Consejo de Ministros el 5 de abril, dice que a partir del 1 de junio de 2013, para vender o alquilar una vivienda, el propietario de la misma, ya sea promotor, banco o algunos edificios de las administraciones públicas, deberá tener un certificado de eficiencia energética del inmueble.
La etiqueta de Calificación Energética deberá estar presente en todos los anuncios,ofertas, promociones y publicidad dirigida a la venta o alquiler de cualquier inmueble.
Es un documento que indica la eficiencia energética de una vivienda, edificio o inmueble.
Permite saber lo eficaz que es un inmueble respecto a su consumo de energía, describe sus características energéticas y aporta recomendaciones para mejorarlas.
¿Cual es el objetivo de la Certificación energética de inmuebles?
El objetivo principal es que las viviendas sean lo más eficientes posible en materia energética. A través del certificado es posible conocer el estado del parque de viviendas actual y facilitará la puesta en marcha de políticas encaminadas a mejorar la eficiencia de los edificios.
El horizonte está el que todas las viviendas que se construyan a partir del 31 de diciembre de 2020 tengan un consumo de energía casi nulo, tal y como está establecido en la disposición adicional del real decreto 235/2013, de 5 de abril.
También tiene como objetivo el informar a compradores e inquilinos sobre la eficiencia (consumo energético y emisiones CO2) de su futura vivienda o inmueble y les permita comparar entre las distintas ofertas.
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