El 27,8% de los 7.898 kilómetros del litoral costero en España se encuentra ya urbanizado o transformado por el hombre. En 24 años, transcurridos entre 1987 y 2011, la ocupación de esa primera línea costa (primera y segunda línea de playa hasta 500 metros desde el mar) ha crecido un 32,9%, a una velocidad de 22,7 kilómetros cada 12 meses. De continuar con este ritmo, en 251 años el 100% estará urbanizada. Así se desprende del informe elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad. El estudio parte de los datos del Instituto Geográfico Nacional, que periódicamente actualiza la información sobre la ocupación de la costa vía satélite dentro de un proyecto europeo.
La zona del Mediterráneo y el Atlántico sur es la más castigada. De sus 3.829 kilómetros, el 35,2% (1.351 kilómetros) están ya ocupados artificialmente, ya sea por viviendas, zonas comerciales, infraestructuras o explotaciones mineras. En las Islas Canarias se situaba en el 19,7%, sin embargo, en el ritmo de urbanización entre 1987 y 2011 en las islas ha sido el más alto: los kilómetros ocupados han aumentado un 42,6% en esos 24 años. La provincia de Málaga está a la cabeza en la transformación del litoral en España: el 81% de su primera línea está ya ocupado. El segundo lugar lo ocupa Valencia, con el 67% ya artificializado. En el caso de la costa del Atlántico norte (Galicia) y el Cantábrico (Asturias, Cantabria y País Vasco) esa ocupación estaba en 2011 en el 21,6%.
Para los realizadores del informe del Observatorio de la Sostenibilidad, lo más preocupante es la velocidad de la transformación de la costa. “De seguir así vamos hacia un colapso, hacia una costa congestionada”, apunta. En su opinión, es necesario que las Administraciones pongan en marcha actuaciones de restauración de las zonas ya degradadas y se salvaguarden las que aún permanecen intactas. “Se deben empezar a recuperar humedales y bosques”. Entre las medidas concretas que proponen estos expertos está establecer algún sistema por el que los Ayuntamientos en los que existan reservas de suelos sin transformar sean “recompensados por el resto de la sociedad”.
Los datos que proporciona el Instituto Geográfico Nacional también incluyen la superficie afectada. En la franja comprendida dentro de los dos primeros kilómetros de costa, 186.748 hectáreas se habían transformado en 2011. Esto implica que se ha urbanizado el 19,6% de las 952.499 hectáreas disponibles. Entre 1987 y 2011, ha aumentado esta superficie transformada un 42,7%.
La población en la costa sube cinco millones más
Otro factor importante, según los autores del informe del Observatorio de Sostenibilidad, es el aumento de la población residente en la costa. Destacan que entre 1991 y 2011 esa población ha crecido un 22,6%; se ha pasado de los 15 millones de personas a los 20.
El aumento no es uniforme en las diferentes regiones costeras. Dentro de cada una de ellas existen también grandes diferencias interprovinciales. Entre 1991 y 2011 la población total costera española aumentó en un 22,6%. En los dos primeros kilómetros desde el mar, Tarragona y Gerona han aumentado su población en más de un 70%; por encima del 40% se encuentran Almería, Alicante, Baleares, Murcia, Castellón, Las Palmas y Málaga. Esas mismas provincias, aunque en distinto orden, compiten por los primeros puestos en la franja de 10 kilómetros, con porcentajes de crecimiento también muy elevados, entre el 65,3% de Almería y el 38,9% de Castellón.
En un rango de crecimiento intermedio encontramos las provincias atlánticas andaluzas de Huelva y Cádiz. En Cantabria (aumento del 17,8% en los dos primeros km y del 16,1% en la franja de 10 km), que rompe una evolución casi generalizada de deriva poblacional moderada hacia el mar en todo el norte. También provincias como Barcelona (2 km: 7,4%; 10 km: 11,1%) y Valencia (2 km: 13,3%; 10 km: 19,1%), en las que la congestión de la costa fue muy temprana y la deriva poblacional hacia la primera línea muy rápida y descontrolada, lo cual impide cifras de aumento muy elevadas por pura incapacidad física (proceso de colmatación antiguo). Ambas presentan porcentajes mayores en la franja de 10 km por falta de espacio en la primera línea.
Con menor crecimiento se sitúan las provincias del Cantábrico y en la costa gallega, que no habían sufrido una presión excesiva durante las décadas en las que se urbanizó sin planificación la región peninsular mediterránea y los archipiélagos. Así, en Galicia y en Asturias, se presentan las menores ratios positivas en ambas franjas (0,9% y 0,2% respectivamente), se caracterizan por un poblamiento lento y bien distribuido, que tiene sus excepciones en la dinámica de la franja de 10 km de Lugo (- 4,4%) y Vizcaya (-1%), que pierden población pero la ganan en primera línea de costa). No obstante, los incrementos de población en las costas del norte no superan el 10% en ambos espacios excepto en la mencionada Cantabria y en la franja de 10 km de la provincia de Pontevedra, sometida a una presión más elevada.
Estadística de Migraciones 2015: más población en el Mediterráneo y las islas
Quienes viven en España y se mudan de comunidad autónoma miran hacia Madrid, el Mediterráneo, País Vasco, Navarra y las islas. Estas zonas consiguieron un saldo migratorio interior positivo en 2015, según la Estadística de Migraciones 2015 del Instituto Nacional de Estadística. Simplificado: a ellas fue a vivir más gente de otras comunidades de la que se marchó a vivir a otros lugares de España. Madrid, Cataluña, Baleares, País Vasco y Navarra son las comunidades con los saldos migratorios positivos más acusados en el último año. Castilla La-Mancha, Castilla y León y Andalucía, por ese orden, lideran los negativos.
En esta serie temporal, que se remonta a 2008, Madrid consigue saldos migratorios favorables desde 2011, las cifras positivas se han incrementado cada año. En 2015, 55.000 residentes en Madrid se marcharon a otra comunidad; otras 77.000, sin embargo, la convirtieron en su casa. A este respecto Madrid ganó 22.000 habitantes. Un panorama muy diferente a 2008, cuando perdió 10.000 habitantes en el intercambio.
Una circunstancia similar ocurre en Cataluña, que durante los años de la crisis vio cómo se iba más gente de la que venía, la tendencia ha cambiado: los dos últimos años han arrojado saldos positivos (3.900 en 2015). En ese aspecto, no hay quien gane al País Vasco: lleva recibiendo a más gente de la que se marcha desde 2009. En el lado contrario se encuentra Castilla y León, que ha perdido habitantes en todos los períodos.
Varias comunidades han perdido población en favor de otras autonomías al menos desde 2012: Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, la mencionada Castilla y León, Extremadura y La Rioja. Castilla-La Mancha, además, es la que peor saldo ha obtenido en los últimos tres años. Todo lo contrario a 2008, cuando llegó a dar la bienvenida a 13.000 personas más de las que le decían hasta luego.
Fuente y gráfico: elpais.com
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