¿Se encamina España hacia una segunda burbuja inmobiliaria? Para Greenpeace, la amenaza existe, y alerta sobre 53 zonas de alta presión urbanizadora que no están protegidas y se encuentran ya urbanizadas, pero están cerca de zonas naturales muy codiciadas para la construcción de viviendas. Así, la organización ecologista ha puesto en marcha la campaña "Protección a toda costa" para evidenciar la ocupación urbanística del litoral español, señalar los puntos más golosos para los promotores y pedir que aumenten las figuras de protección en las zonas aún vírgenes de mayor riesgo por el aumento de casas y pisos. El estudio de la ONG señala estos puntos de interés repartidas por los 7.880 kilómetros bañados por el mar en todo país, incluidas las islas, siendo las zonas más apetecibles para un hipotético desarrollo inmobiliario que trae la recuperación. No se salva ninguna provincia, aunque la incidencia es mayor en el sur y en el levante español, donde la presión urbanizadora en zonas como Málaga y Cádiz ocupa ya el 74,9% y el 71,3% de la franja costera, respectivamente. La imagen muestra que, cuanto mayor cercanía hay a espacios protegidos, mayores son los crecimientos urbanos recientes. Así, según datos del Gobierno, el "ladrillo" en el último año ha duplicado su crecimiento, y son ya más de 200 viviendas al día en construcción.
Se cumple un patrón generalizado, según el documento presentado el pasado lunes en Málaga, a bordo del barco Esperanza. Son tramos de litoral que limitan con espacios protegidos, con buenas comunicaciones y de fácil acceso, y sin defensa medioambiental o con una figura muy débil. “Hay que observar con lupa y tratarlos con mimo”, ha advertido Pilar Marcos, responsable de la campaña. Una de las peticiones de Greenpeace es que las superficies acogidas por la Red Natura 2000, de desarrollo diferente según la comunidad autónoma, alcance un nivel de tutela similar al de los espacios protegidos. "Es necesario ver cómo se pueden conservar estas zonas en el futuro", ha apuntado Fernando Prieto, autor del informe que ha analizado la ocupación de pisos y casas la costa en 24 años, entre 1987 y 2011. En esta primera fase de estudio, se han investigado 21.000 parcelas de todo el territorio nacional. Uno de los apuntes para alertar sobre una posible nueva burbuja inmobiliaria en el país es que el mercado de la vivienda creció en España en 2016 a un ritmo similar al de hace una década, antes de la crisis.
Empezando por el sur, en Andalucía esta situación de riesgo se encontrarían las zonas de Isla Canela-Isla del Moral e Isla Cristina-Islantilla, en Huelva. La provincia de Cádiz, junto a Málaga, son las dos provincias españolas con más destrucción de la primera línea de costa, según el informe, que identifica cinco posibles sectores en rojo distribuidos por ambos territorios, especialmente en el primero: entre Chipiona y Sanlúcar de Barrameda, la franjas entre Barbate, Zahara de los Atunes y Conil de la Frontera, además de la zona de Torreguadiaro, en el Campo de Gibraltar. En la Costa del Sol, la localidad de Torre del Mar, en el término municipal de Vélez-Málaga, cerca de los acantilados de Maro y Nerja. En Granada, Greenpeace alerta sobre Motril, y en la provincia de Almería se indican el oeste de Almerimar y el área de Roquetas de Mar-Aguadulce, y la zona de San Juan de los Terreros.
Subiendo por el levante hasta Cataluña, las zonas con una presión urbanizadora más elevada estarían en Murcia, por ejemplo la zona entre Lorca y Águilas, a lo largo de la Bahía de Mazarrón. En Costa Blanca, la franja entre la ciudad de Alicante, El Campello y Villajoyosa. En Valencia, el entorno de Cullera y Gandía. En Castellón, las franjas costeras de Peñíscola, Vinaròs y Benircarló. También el estudio se hace eco de los entornos del Delta del Ebro en Tarragona, así como la primera línea de playa ya está bastante ocupada en la zona cercana a Sant Carles de la Ràpita. En Costa Brava (Girona), destaca la franja costera del Cabo de Creus , el punto más oriental de la península.
En las Islas Baleares, algunos de los puntos señalados por la ONG son la isla de Formentera, para la que se reclama la protección del interior, y el sudoeste de Ibiza. En las Islas Canarias, en opinión de Greenpeace, e litoral tiene ahora mismo siete puntos calientes (el tramo oriental de Fuerteventura y el norte de Gran Canaria, por ejemplo); así como en Galicia, en todo el entorno de las rías gallegas se apunta a las zonas de Boiro, el fondo de la Ría de Vigo, Finisterre (La Coruña) y el río Xallas y el área de Louro.
Así, Málaga y Cádiz son las dos provincias con mayor ocupación de su dominio público marítimo terrestre (DMPT), con un 74,9% y un 69,1%, respectivamente. El incremento más elevado de esta superficie en los años analizados se ha producido en Castellón, con una subida del 112,9%. En toda España, la construcción alcanza al 31,8% del dominio público.
En cuanto a los 10 kilómetros de franja más inmediatos al mar, el ranking lo encabeza la provincia de Barcelona, con un 31,7% de su territorio invadido por construcciones, seguida por Alicante (21,9%), Málaga (20,5%), Cádiz (14,5%) y Pontevedra (13,1%).
Huelva es la demarcación española con más espacio de litoral protegido (61,5%) y a continuación se sitúan Tenerife (59,7%), Las Palmas (51,6%), Baleares (48,8%) y Girona (42,7%), según el estudio de Greenpeace.
El "ladrillo" duplica su crecimiento: más de 200 viviendas al día en construcción
El Gobierno, en el cuadro macroeconómico que presentó el 31 de marzo, estimó que la tasa de crecimiento de la construcción en 2017 sería del 1,9%, con lo que igualaría la que registró en 2016. Sin embargo, la semana pasada el Ministerio de Economía corrigió esa previsión y la llevó hasta el 3,9%. Esto supone, por una parte, que el Gobierno, en poco más de tres meses, ha duplicado su previsión para este sector; y, por otra, que la nueva estimación recoge que el crecimiento del ladrillo será el doble que el experimentado en 2016.
De esta manera, el Gobierno recoge el fuerte avance que está registrando el sector residencial, y que principalmente se apoya en la construcción de pisos y casas. "Todos los indicadores han sorprendido al alza", apuntan desde Economía para explicar la sensible revisión, mientras que la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras Seopan detalla que "la aceleración se basa en edificación, especialmente en vivienda, porque la contribución de la obra civil del estado será de nuevo negativa".
Entre las cifras que maneja el Ministerio de Economía dirigido por Luis de Guindos y que explican el repunte, destaca la notable evolución del número de viviendas de obra nueva iniciadas. Sólo en el primer trimestre del presente ejercicio, la cifra ascendió a 19.498 viviendas, lo que supone un ritmo de crecimiento de 217 al día. El dato es el más elevado de los últimos años y, por ejemplo, duplica el registrado en 2012.
Como consecuencia de esta evolución, sectores como el del cemento están registrando también datos positivos. Según informó ayer la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen), "el consumo de cemento ha crecido un 10,8% en los cinco primeros meses del año, hasta las 4.887.751 toneladas, lo que supone casi medio millón de toneladas más que en el mismo período del pasado año. La vivienda está creciendo a un ritmo del 26%, con 13.000 nuevos visados en 2016, y esperamos un nuevo crecimiento del 12% para 2017. Este hecho, unido a un crecimiento algo inferior al 10% en la edificación no residencial, ha permitido que hayamos iniciado el año en valores positivos".
Otro aspecto relevante de ese 3,9% de avance estimado por el Gobierno es que, además de superar el ritmo del propio Producto Interior Bruto (PIB), representa el inicio de un crecimiento estable en torno al 4%. En concreto, la previsión del Gobierno es de un 4% para 2018, un 4,1% en 2019 y otro 4% en 2020.
Pero a pesar de estas cifras, desde el Ministerio de Economía se mantienen cautos y exponen que la recuperación todavía es "extremadamente lenta". Se parte de niveles muy bajos y, por lo tanto, aunque el 3,9% pueda parecer un ritmo alto, los volúmenes todavía son bajos". Según sus cálculos, y partiendo siempre de la senda de crecimiento anteriormente señalada, "en 2020 la construcción estará un 10% por debajo del nivel que alcanzó en 2010, y si se compara con el pico de 2007 la distancia será del 36%", añaden.
Este crecimiento y evolución de la inversión está en línea con lo que tanto Guindos como el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, han destacado en numerosas ocasiones: que el crecimiento de la economía española es ahora mucho más equilibrado que en los años de la burbuja inmobiliaria. En este sentido, el responsable quiso destacar durante la presentación del nuevo cuadro macro que "las exportaciones de bienes y servicios suponen la variables más dinámica de la economía, está tirando de la economía al alza con crecimiento para este año previsto en el 6,5%. Llevamos cuatro años con superávit por cuenta corriente y, si se cumplen las previsiones, cumpliremos ocho. Esto es algo histórico y evidencia que la economía española ha registrado un cambio muy importante", según Luis de Guindos.
Fuentes: Greenpeace "Protección a toda costa" y elmundo.es
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