Es amplia y luminosa, tiene jardín o terraza, la zona es inmejorable o está lista para entrar a vivir. Aparentemente, es la vivienda que buscas para convertirla en tu hogar o tu segunda residencia. Pero conviene que no te precipites. La casa de tus sueños puede llegar a robártelos si no eres precavido.
Antes de dar el siguiente paso, conviene que dediques un tiempo a analizar en profundidad el inmueble y todo lo que le rodea. ¿Qué puede indicar que no es como a simple vista parece?
Cuidado con estas señales, tal vez no sea la casa de tus sueños
1. Un precio demasiado bajo
Si una casa tiene un precio demasiado bajo es porque hay prisa por vender. Los motivos para ello pueden ser muy diferentes: una herencia, una separación, la necesidad de disponer de fondos para adquirir otra vivienda, vicios ocultos, cargas pendientes, etc.
Por ello, es importante dedicar un tiempo a investigar la razón de ese precio de salida tan competitivo. Algo tan sencillo como preguntar en el vecindario o informarse en el Registro de la Propiedad puede poner sobre la pista.
Informarse de los precios de venta en la zona es otra buena recomendación. Lo habitual es que los propietarios tiendan a subir un poco el precio para tener margen de negociación y no que establezcan un precio a la baja desde el inicio.
2. Una escenografía en exceso cuidada
El home staging es una estrategia para hacer que una vivienda sea más atractiva a ojos de los compradores. Para ello, se despersonalizan espacios, se adaptan la luz y los colores y se emplea una decoración que haga más fácil imaginar que esa es la casa de tus sueños.
Sin embargo, conviene mirar un poco más allá. A veces, las verdaderas oportunidades se esconden en viviendas en las que no se ha cuidado tanto la imagen. Más que en esa puesta en escena, debes fijarte en las características de la casa. Si no tiene el número de habitaciones que necesitas o la zona no cuenta con todos los servicios, puede que acabe convirtiéndose en una pesadilla.
Igualmente, tómate el tiempo de revisar bien cada estancia para evitar que una decoración sorprendente te despiste de detalles importantes, como el estado de puertas y ventanas, de la instalación eléctrica, la caldera o los muebles de la cocina.
3. Hay infraestructuras muy próximas
Carreteras, vías de tren, aeropuertos, etc. son una fuente de ruidos que pueden resultar muy molestos. Tal vez durante el día pasen casi desapercibidos, pero no hay que pasarlo por alto. Por la noche, cuando todo esté en silencio en casa, esos ruidos serán causa de insomnio y estrés.
No solo infraestructuras, también debes tener en cuenta la cercanía de polígonos industriales, zonas de copas o lugares de ocio. Todos ellos son también causa de contaminación acústica y pueden hacer que lo que parecía la casa de tus sueños se convierta en pesadilla.
4. El edificio es muy antiguo
Es posible que la vivienda se ajuste perfectamente a lo que estás buscando. Pero, si se trata de un piso, debes analizar al detalle también el edificio. Si este presenta un aspecto descuidado o deteriorado, es posible que en un plazo no muy largo haya que acometer mejoras o reformas. Significa que habrá que afrontar derramas a veces muy costosas.
En estos casos, conviene averiguar cuándo fue la última inspección técnica del edificio. Si es reciente mejor. Pero también conviene saber cada cuánto se realizan. Ya que aquellos edificios con deficiencias graves tienen que ser revisados cada 6 o 3 años.
5. Necesita muchas reformas
Comprar una casa para reformar permite adaptar la vivienda a los gustos y necesidades. Pero si antes no se han valorado realmente las posibilidades de conseguirlo, puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Hay que tener en cuenta que las normas urbanísticas pueden prohibir o limitar ampliaciones o que tal vez no sea posible cambiar la distribución.
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