Renovar antes de vender, con la inversión que implica, es una duda frecuente. En líneas generales, es cierto que reformar una casa ante de sacarla al mercado inmobiliario es buena idea, aunque siempre hay algunas excepciones que conviene tener en cuenta.
Ventajas de renovar antes de vender
La primera impresión es fundamental. Basta poco más de un minuto para que un comprador decida si una vivienda le gusta y cumple con sus expectativas o no. Es una poderosa razón para renovar antes de vender, pero no la única.
Realizar reformas implica revalorizar la vivienda muy por encima del capital invertido. De hecho, un simple lavado de cara puede suponer que el precio de venta se incremente hasta un 20 %, bastante más si se trata de una reforma integral.
¿Pero qué tipo de reformas son las más atractivas a ojos de los compradores? En líneas generales, baños y cocina, pintura y suelos. Pero cada vez tienen más relevancia esas otras reformas encaminadas a mejorar la eficiencia energética de las viviendas, como son ventanas aislantes o sistemas de autoconsumo.
Existen, además, infinidad de posibilidades de renovar una vivienda con un presupuesto ajustado: suelos o baldosas vinílicas que se colocan sobre los revestimientos que ya existen, pintar azulejos, encimeras nuevas o potenciar la iluminación.
Son reformas para renovar antes de vender que no cuestan mucho, pero que mejoran notablemente el aspecto de las viviendas y, con ello, su precio. Por supuesto, conviene reparar también cualquier desperfecto visible.
Cuándo hay que renovar antes de vender
Hay ocasiones en las que renovar antes de vender no es una opción, sino que es casi obligatorio:
- La vivienda lleva mucho tiempo en el mercado y no encuentra salida.
- La oferta de viviendas similares o en mejores condiciones en la zona es muy elevada.
- Solo se reciben ofertas de compra a la baja.
- Es un mercado de compradores, es decir, la oferta inmobiliaria supera a la demanda.
Vender tal cual, ¿merece la pena?
Aunque renovar antes de vender suele ser la mejor opción, es posible que en ocasiones no sea así. Existe un pequeño número de compradores que puede preferir renovar la vivienda a su gusto, aunque es algo que significa rebajar el precio de la vivienda. En todo caso, lo habitual es que busquen viviendas que necesiten pocas mejoras.
Otra posibilidad son inversores que prefieren invertir menos en la compra y adaptar la vivienda a usos muy concretos. Sería el caso, por ejemplo, del alquiler de cortas estancias. Esta es una opción, por lo tanto, viable en áreas turísticas muy demandadas.
También es posible optar por esta posibilidad si la vivienda está en una zona de gran demanda donde la mayoría de los inmuebles no están en mejores condiciones o si se trata de una casa heredada en el que no se desea invertir.
Tomar la decisión final
En cualquiera de los casos, la recomendación siempre es la de no precipitarse, analizar bien las condiciones del mercado, de la zona y también las posibilidades de financiar la reforma y el retorno de la inversión.
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