La ilusión por estrenar un nuevo hogar o por empezar a disfrutar de esa segunda residencia soñada puede llevar a cometer algunos errores. Mantener las emociones a raya y no dejarse llevar por la primera impresión es clave para evitar pagar demasiado por una casa.
Señales que advierten de que se puede pagar demasiado por una casa
Hay indicadores que deben hacernos pensar que el precio de la vivienda no se ajusta a la realidad. Algunos son muy evidentes, otros, no tanto. Pero en cualquier caso nunca hay que pasarlos por alto:
- Precio inicial demasiado alto o más elevado que el de otras viviendas similares de la zona: si a simple vista ya da la impresión de que el precio de salida es elevado, seguramente se haya sobrevalorado la vivienda para tener un margen para la negociación, no hacerlo supondrá perder dinero si se decide adquirir la casa.
- Hay viviendas con precios similares que no se han vendido: es un indicador de que esos precios no son realistas. Los motivos pueden ser muy diferentes, desde una tipología constructiva con menor demanda a la falta de servicios básicos.
- Las valoraciones online son inferiores al precio de venta: las aplicaciones dan una idea muy aproximada del precio real de una vivienda en el mercado inmobiliario, gracias a la cantidad de datos que manejan. Si esa valoración no coincide, se corre el riesgo de pagar demasiado por una casa.
- La casa lleva en venta mucho tiempo: es un aspecto que indica que la zona no es atractiva, que el vendedor es muy exigente o, simplemente, que el precio es superior al real.
- La vivienda necesita muchas reparaciones: no hay que olvidar que las reformas conllevan a veces una inversión importante. Si la vivienda no está en buen estado, necesariamente su precio debe rebajarse.
Si a estos factores se une un vendedor demasiado ansioso por cerrar el acuerdo, la conclusión será evidente: hay riesgo de pagar demasiado por una casa que no lo merece.
Consejos para no perder dinero
Además de tener en cuenta esos avisos, en la búsqueda de vivienda conviene aplicar otras recomendaciones, independientemente de que el precio parezca o no ajustado. Son consejos que ayudarán a acertar en la elección:
- Investigar el mercado inmobiliario: por un lado, para decidir si es buen momento o no para comprar según la evolución de los precios y las previsiones; por otro, para comparar precios con viviendas similares en la misma zona.
- Tener en cuenta márgenes de maniobra: básicamente, se trata de no olvidar que lo habitual es que los vendedores sobrevaloren ligeramente las propiedades para poder negociar.
- Trabajar con un agente profesional: un buen asesoramiento puede ser la clave para no pagar más por una casa. Son los especialistas quienes mejor conocen el mercado y pueden valorar si el precio de una vivienda es realista o no y quienes mejor pueden negociarlo.
- Controlar las emociones: un exceso de entusiasmo puede llevar a percibir una vivienda mucho mejor de lo que realmente es, corriendo el riesgo de pagar más por ella. El consejo esencial es tomar siempre las decisiones en frío.
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