
Hasta no hace mucho, el cambio de uso a vivienda era algo casi anecdótico. Sin embargo, la evolución del mercado inmobiliario ha hecho que sea una posibilidad que cada vez se tiene más en cuenta. A pesar de ello, ese cambio no siempre es posible y, si lo es, requiere de todo un proceso que se debe conocer.
Razones del auge del cambio de uso a vivienda
Los motivos del auge del cambio de uso a vivienda son varios. El primero de ellos es la escasez de vivienda, sobre todo en grandes ciudades. El parque inmobiliario no crece al mismo ritmo que la demanda y eso hace que muchas personas busquen alternativas.
Otra de las razones tiene que ver con el precio de la vivienda. Esa oferta insuficiente de vivienda ha hecho que los precios no bajen, a pesar de que la coyuntura económica. Unos tipos de interés elevados no han supuesto un enfriamiento drástico del mercado y la búsqueda de alternativas más económicas ha propiciado el incremento de esta tendencia.
Y, en tercer lugar, hay que tener en cuenta la revalorización del inmueble que cambia de uso. De hecho, una vez convertido en vivienda puede multiplicar su precio en el mercado inmobiliario.
Cambio de uso a vivienda: qué es y cómo hacerlo
El cambio de uso a vivienda es la transformación de la naturaleza de un inmueble. Lo habitual es que sean comercios que se convierten en viviendas. Este tipo de inmuebles tienen la gran ventaja de que pueden ofrecer una solución allí donde es más complicado encontrar vivienda: en el centro de las ciudades.
Sin embargo, el cambio de uso a vivienda es factible también en inmuebles dedicados a almacenamiento, oficinas, hoteles, industrias, centros educativos o edificaciones de cualquier uso.
Pasos y requisitos para cambiar el uso de un inmueble
El cambio de uso a vivienda requiere de toda una serie de trámites. Seguirlos es fundamental para poder legalizarlo.
- El paso previo es comprobar que la zona es urbanizable y que el Plan General de Ordenación Urbana permite el cambio de uso. Se puede solicitar un certificado de compatibilidad urbanística en el Ayuntamiento correspondiente.
- Si es un inmueble dentro de un edificio, se necesita el permiso de la junta de propietarios.
- Hay que comprobar que la vivienda cumplirá con lo que el Código Técnico de la Edificación y las normativas municipales consideran condiciones mínimas de habitabilidad. En este sentido, hay que tener en cuenta varios aspectos:
- Dimensiones mínimas: pueden variar de unos ayuntamientos a otros.
- Altura libre: mínimo de 2,5 metros en general y 2,2 metros en zonas de paso.
- Salubridad: el inmueble debe tener al menos una fachada abierta al exterior que permita ventilación y entrada de luz.
- Otras condiciones: disposición que permita tener salón-comedor, baño y cocina y accesibilidad.
- Si se cumple todo lo anterior, quedará realizar un estudio de viabilidad a cargo de un técnico competente y solicitar las licencias correspondientes en el Ayuntamiento.
Solo cuando se hayan dado estos pasos se podrá iniciar la reforma para hacer realidad el cambio de uso. El último paso será la legalización: cambio de escrituras, modificación en el Catastro, inscripción en el Registro de la Propiedad y solicitud de licencia de primera ocupación.
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