La situación política y económica a nivel internacional hace que todas las previsiones en lo que se refiere al precio de la vivienda en 2023 se realicen con enorme cautela. Hay que tener en cuenta que el pasado año, a pesar de la subida generalizada del coste de la vida y de los tipos de interés, se registraron cifras récord en la compraventa de inmuebles.
Precio de la vivienda en 2023, ¿cómo se espera que evolucione?
2022 cerró con un incremento en el precio de la vivienda de alrededor de un 5%, pero existen indicios de que esos precios podrían haber tocado techo o lo harán en los próximos meses. En cualquier caso, no se prevén grandes ajustes, más bien estancamiento o un ligero descenso. Y esos ajustes tampoco serían generalizados, de hecho, en algunas zonas la tendencia alcista se mantendría.
Esos cambios en el precio de la vivienda en 2023, en cualquier caso, dependerán de diferentes factores. Por un lado, se prevé que la demanda siga superando a la oferta, lo que ayudaría a que esos precios se mantuvieran. Por otro lado, habrá que esperar a la evolución de la inflación, que parece haber iniciado la senda de la contención y que supondría un pequeño aliciente para revitalizar el sector inmobiliario.
En el otro lado, habría que añadir a la ecuación factores que podrían propiciar ajustes algo más significativos, como el tiempo que tarden las familias en recuperar sus niveles de ahorro o la evolución del Euríbor y los tipos de interés. Si no hay correcciones en ese sentido, la demanda podría sufrir una contención lo suficientemente significativa como para arrastrar con ella el precio de la vivienda.
Moderación en el número de operaciones de compraventa
Aunque existe incertidumbre sobre la evolución de los precios, en lo que parece no haber dudas es en que el número de operaciones de compraventa disminuirá. De hecho, los últimos meses de 2022, la disminución en tasas interanuales era un hecho, según datos del Consejo General del Notariado.
Esa previsión afectaría de forma desigual a vendedores y compradores. Para los propietarios, un frenazo en el sector, aunque no sea drástico, implicaría unos plazos de venta más dilatados y quizá la necesidad de una moderación en el precio para evitar que la vivienda quede estancada en el mercado. Por eso, este es un buen momento para vender, cuando esas previsiones que auguran ajustes y contención de la demanda aún no se han materializado.
Para los compradores, en cambio, cualquier moderación en el precio de la vivienda es positiva. Supone un aliciente para animarse a dar el paso definitivo, mucho más si la inflación se reduce y se recupera algo de la capacidad de ahorro perdida.
En cualquier caso, también hay que tener en cuenta que las previsiones señalan comportamientos desiguales en el mercado inmobiliario. Aunque las previsiones de moderación del precio de la vivienda en 2023 se hagan realidad, todo apunta a que en las grandes ciudades el mercado inmobiliario mantendrá una tendencia alcista, no en vano siguen siendo polo de atracción de inversiones y la demanda es mayor.
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