Comprar una casa con piscina es un auténtico lujo. De hecho, la pandemia provocada por el COVID-19 ha disparado la demanda de este tipo de viviendas, tanto unifamiliares como pisos en urbanizaciones con piscinas comunitarias.
Las ventajas son muchas. Por un lado, son ideales para familias con niños. Los más pequeños disfrutarán de la piscina durante todas las vacaciones mientras que los mayores pueden relajarse y huir del calor estival.
Además de ello, una casa con piscina garantiza una privacidad y una seguridad que no tienen las instalaciones públicas. Y se pueden disfrutar en compañía de familiares o amigos, ya que incluso en urbanizaciones se permite el acceso de un número limitado de invitados.
Y una última ventaja destacada es que una casa con piscina siempre se revaloriza. Si en algún momento se deseara vender la propiedad, su valor se habrá incrementado por encima del de viviendas que no cuentan con esta instalación.
¿Qué debes tener en cuenta antes de comprar una casa con piscina?
El aspecto esencial es el coste. Una casa con piscina siempre será más cara, además de que lleva aparejados unos gastos extra. En ese sentido, conviene valorar de forma distinta si será vivienda habitual o segunda residencia, así como el uso que se va a hacer de ella.
Respecto a los gastos, la piscina implica mantenimiento, limpieza y reparaciones. En ese sentido, el coste en dinero y tiempo siempre es menor en piscinas comunitarias que en particulares. Sin embargo, en las primeras suele ser necesario asumir el coste de un socorrista.
El consejo es preguntar cuánto supone el mantenimiento de la piscina dentro de los gastos de la comunidad. Y también conviene conocer el estado de la instalación si esta tiene ya unos años para hacerse a la idea de si habrá que afrontar algún tipo de derrama a corto plazo para hacer reparaciones.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que lo habitual es que las viviendas con piscina estén alejadas de los centros urbanos, bien porque son unifamiliares, bien porque son de reciente construcción. Por lo tanto, no hay que olvidar comprobar los servicios básicos de la zona, desde el transporte hasta centros educativos o comercios.
Y, si se opta por adquirir una vivienda con terreno y construir la piscina, es importante saber que se necesitará proyecto y licencia municipal. También habrá que notificarlo en el Catastro, lo que repercutirá en el Impuesto de Bienes Inmuebles.
En cualquier caso, comprar una casa con piscina siempre significa una mejora en la calidad de vida. Por ello, el mayor esfuerzo económico que supone disfrutar de ese pequeño oasis se recupera en forma de bienestar.
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