Frente a la quiebra del sistema bancario y el adiós de la Subcomisión para la Reforma Hipotecaria, ¿Qué podemos esperar?
La filial inmobiliaria de Caja Mediterráneo (CAM) ya estaba en quiebra en 2009. El patrimonio neto de la empresa propiedad de la CAM llegó a la cantidad negativa de 154 millones de euros, cuando tan solo un año antes era de casi 55 millones positivos.
Íñigo de Barrón escribía en El País, el 1 de Marzo, un interesante reportaje acerca de las claves que explican la intervención de la CAM. Aquí tienen un resumen:
1. Afán de liderazgo: "La CAM, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX [...], se marcó cien años después el objetivo de superar a su eterno competidor, Bancaja. [...] En tres años, de 2003 a 2005, duplicó su tamaño hasta convertirse en la cuarta caja del país por volumen de activos. Del total de créditos que ha dado, el 30 por ciento han ido a parar al sector de la construcción y derivados".
2. Falta de previsión: "En 2006, [...] el entonces director general de la CAM, Roberto López Abad, no dudó en señalar que el mercado inmobiliario ofrecía un 'horizonte positivo' en el que había que apostar con fuerza para crecer. [...] A finales de aquel año, el crédito hipotecario alcanzó una tasa récord de crecimiento del 25,7 por ciento para, a continuación caer en picado".
3. Préstamos a cero por ciento de interés para algunos miembros de su Consejo y "préstamos blandos (en condiciones favorables) a consejeros y miembros de la comisión por un total de 161 millones".
Con ejemplos como este, se hace patente la necesidad de un cambio en la estrategia financiero-bancaria, sobre todo en relación al sector inmobiliario.
Uno de los peores efectos colaterales del adelanto de las elecciones es, precisamente, la desaparición de una subcomisión que podría haber dado norte a los bancos acerca de cómo afrentarse a la crisis del ladrillo, sin olvidar su labor cívica con respecto a los propietarios afectados. Adiós a la Subcomisión Hipotecaria.
Frente a esta cuestión, que necesita de un pacto claro a nivel estatal, no son buenos los juegos partidistas.
"Esta materia", escribe Jose Luís Ruiz Bartolomé en Libre Mercado, "necesita de un consenso muy amplio". Asimismo, aconseja lo siguiente:
1. Huir del café para todos y de premiar la irresponsalibilidad.
2. Buscar en el derecho comparado historias de éxito y adaptarlas a nuestra idiosincrasia, como sugieren algunos intervinientes de la Subcomisión. Francia y Alemania serían los modelos a imitar.
Ante nosotros: meses de uso partidista de la reforma hipotecaria. Esperemos que alguien siga trabajando para hayar soluciones.