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Las calles más emblemáticas de España para salir a tapear

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Repletas de bares y restaurantes y cargadas de buen ambiente, algunas ciudades españolas atesoran calles que son en sí mismas auténticos destinos gastronómicos, puntos neurálgicos para el deleite de los «foodies». Las hay con muchos años de solera a sus espaldas, un símbolo en cada ciudad, mientras que otras están todavía forjando su fama, pero en todas reina por igual el mismo espíritu «disfrutón» en torno al placer del buen comer en la mejor de las compañías.

No hay punto de la geografía española que se escape a esta tradición, pero hemos recopilado algunas de las mejores zonas para irse de tapas en nuestro país. De norte a sur y de este a oeste, de la empanada gallega al salmorejo cordobés.

Madrid: La Latina

En la capital cualquier lugar es bueno para ir de tapeo. Son muchos los lugares en los que se puede disfrutar de la gastronomía madrileña.

La calle Ponzano o la Cava Baja son de las más conocidas.

Es una de las calles más emblemáticas para el tapeo de Madrid y está situada en el barrio de La Latina. Su solera gastronómica viene de su proximidad a los mercados de la Cebada y de San Miguel, ya desde el siglo XV tenía gran trasiego de carreteros y vendedores que venían a colocar sus productos y buscar un sitio donde comer y pernoctar. Siguen existiendo las casas de comidas más antiguas de Madrid: la de la Villa (1642), la del Segoviano (1720, hoy es el mítico restaurante Casa Lucio) o la Posada del Dragón (1868, hoy reconvertida en hotel.) Un lugar imprescindible para palpar el ambiente de la ciudad.

Los domingos son los días en los que más afluencia tienen estos locales, a lo que se acude para probar las clásicas bravas o los pinchos de tortilla de patata. También los calamares rebozados, las croquetas y el jamón son protagonistas de estas cocinas.

Santiago de Compostela: Rúa do Franco

En Santiago de Compostela, la Rúa do Franco no es solo una de las calles más míticas del centro, donde peregrinos y tiendas de souvenirs comparten espacio vital. También acoge una insospechada (y favorita) ruta del tapeo:  Ya desde la Edad Media, esta calle reunía un buen número de tabernas y tascas en las que a día de hoy se sigue sirviendo lo mejor de la gastronomía gallega, como empanadas, embutidos y pulpo. Este París-Dakar no tiene que ver nada con los raids ni con el desierto. Básicamente une dos bares con este nombre y consiste en ir parándose en cada establecimiento a tomarse una taza de ribeiro,
Una proeza mucho más heroica, si cabe, que la de lograr La Compostela.

Logroño: Calle Laurel

Mítica y genuina hasta el punto de extender su nombre hasta abarcar las calles aledañas y cobijarlas bajo el mismo paraguas, la Laurel es una indiscutible meca del tapeo acompañado, como no podía ser de otra forma, de buenos vinos de Rioja. De ahí que se la conozca también como «la senda de los elefantes» puesto que quien se aventura en ella suele acabar «trompa». Aquí, mayoritariamente se ofrecen pinchos clásicos; incluso algunos bares están tan especializados que solo sirven una variedad, como es el caso del famoso Soriano, que solo hace el pincho de champis a la plancha con langostino. Eso sí, absolutamente magistral.

Es probablemente la calle de tapeo más conocida de España. Laurel, y la vecina San Juan, albergan infinidad de bares con barras repletas de atractivos pinchos y raciones. Cada casa suele tener su especialidad por lo que lo mejor es ir de una a otra probando lo más posible: los champiñones de Soriano; los “Tío Agus” del Lorenzo; los cascos de chorizo de El Soldado de Tudelilla; los matrimonios de Blanco y Negro; la casquería del cordero del Sebas; las patatas bravas de Jubera…

San Sebastián: Calle 31 de Agosto

No se puede hacer una lista gastronómica sin mencionar Donosti, donde no existe un punto único en el que se concentren los bares, lo que permite a los turistas disfrutar de un buen pintxo en cualquier zona.

Pero si tuviéramos que focalizar nuestra atención, lo haríamos sin duda en el Casco Viejo y en la Calle 31 de Agosto, donde se suceden los bares cuyos pintxos no dejan a veces ni ver la barra.

Bilbao: Licenciado Poza

En Bilbao hay una buena oferta de pinchos en el Casco Viejo, pero nuestra favorita es la zona de Indautxu, especialmente en torno a la calle Licenciado Poza, que termina en San Mamés. Los días de partido una multitud rojiblanca inunda los bares de la zona. El resto de días, más tranquilos, se puede disfrutar de barras como la de Mugi, nuestra favorita, la de Okela, con sus excelentes gildas, o Gaztandegi, especializado en pinchos de queso.

León: Barrio Húmedo

León tiene una larga tradición de tapeo en el conocido como Barrio Húmedo, en los alrededores de la Plaza Mayor. Sitios como El Rebote (con sus célebres croquetas), Entrepeñas, El Besugo, El Tizón, La Balconada, La Gitana o La Pintona merecen una visita para disfrutar de los buenos embutidos que se elaboran en la provincia o de productos tradicionales como la cecina, las ancas de rana o las mollejas, siempre acompañados con una copa de vino del Bierzo.

Valladolid: La Antigua

En Valladolid se cuida mucho el tapeo. Por algo es la sede del Campeonato Nacional de Pinchos y Tapas, que este año cumplirá su décimo quinta edición.

En el zona centro, y en concreto La Antigua, junto a la iglesia de Santa María, los locales participan en un concurso anual para el premio El Pincho de Oro.

Una referencia es Casa Jero, que ha recibido en los últimos años numerosos galardones por el alto nivel de sus tapas creativas. Buena alternativa Los Zagales. Y prueben también las croquetas de El Corcho y los torreznos de Alarcón.

Sin duda alguna, la ciudad ha experimentado un gran aumento de visitantes con ganas de pasarlo en grande y disfrutar de la buena comida.

Pamplona: Calle Estafeta

En pocos sitios de España se tapea tan bien como en Pamplona. Pinchos basados en la cocina popular en los que están presentes las verduras y las elaboraciones arraigadas en la tradición culinaria navarra. La calle Estafeta y sus alrededores son el eje de los mejores bares. Nuestro favorito es Gaucho, con su acertado equilibrio entre tradición e innovación y su pincho de hígado de pato navarro. Pero no dejen de visitar Fitero, Álex Múgica, Otano o Bodegón Sarriá.

Alicante: Calle Castaños

Desde el Mercado Central hasta la plaza de Gabriel Miró, la calle Castaños y sus ramales concentran una buena oferta para el tapeo en Alicante. Por allí está una de las mejores barras de España, Nou Manolín. En su extenso mostrador se exhibe un tentador y espectacular surtido de los mejores productos del mar y de la huerta alicantinos. Ya al final del trayecto, en la calle San Fernando, otras dos buenas opciones: La Taberna del Gourmet y Abarrote.

Córdoba: Plaza de las Tendillas

En Córdoba abundan las tabernas, en sus orígenes establecimientos en los que sólo se servía vino. En la actualidad las barras cordobesas ofrecen un amplio surtido de tapas y raciones tradicionales como flamenquines, rabo de toro, salmorejo, o berenjenas fritas. A la hora del tapeo hay dos zonas muy definidas: la Judería y las calles que rodean la céntrica plaza de Las Tendillas. En esta segunda dos direcciones que nos gustan especialmente: San Miguel-Casa el Pisto y Los Berengueles.

Sevilla: Plaza Nueva

Toda Sevilla es una zona de tapeo. Las tapas forman parte de la propia esencia de la ciudad. Por la forma de vida de sus gentes, por ese punto de informalidad que tanto le gusta al sevillano. Nos gustan especialmente las calles que rodean la Plaza Nueva. Allí están, por ejemplo, Barbiana o Casa La Viuda, en Albareda; La Bodeguita de Antonio Romero y Casa Moreno, en Gamazo; La Flor de Toranzo, en Jimios, o, un poco más alejado, Donald, en Canalejas.

Granada: Navas

A los pies de la Alhambra, no es fácil elegir una sola calle en Granada para entregarse a la cultura del tapeo y además sin riesgo para el bolsillo puesto que por regla general, lo mismo que en toda Andalucía, están incluidas con las consumiciones que no suelen superar los dos euros o dos euros y medio. Entre los más aclamados (y concurridos) de esta calle están el Bar Los Diamantes, con setenta y cinco años de trayectoria y especializado en pescaíto frito.

Málaga: Calle Granada

La larguísima calle Granada tiene tapas castizas para todos los gustos: más tradicionales en La Campana y la Taberna del Piyayo, reinventadas con un toque de autor en El Pimpi y en el Mariano. Con una parada en cada restaurante de esta conocidísima calle estarás comido ¡y casi cenado!

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