Según un informe económico de 2009, realizado por Seopan (patronal de las grandes constructoras) donde analizan el sector de la vivienda, se llega a la conclusión que donde predomina la edificación de casas unifamiliares, "la paralización en la iniciación de viviendas se traslada de forma más inmediata a la economía" (casos de Estados Unidos o Irlanda). Así en nuestro peculiar mercado de la vivienda ha hecho que la economía se vea afectada durante más tiempo por el parón de la construcción de pisos, aunque también lo ha empezado a acusar más tarde que otros países.
En cambio, en España el predominio de la construcción de bloques de pisos, que tardan más en edificarse (en torno a un año y medio de obras que siguen generando en ese plazo actividad y empleo) "implica que el impacto de la desaceleración, que comenzó en 2007 en la iniciación de viviendas, se traslade con cierto retardo a la actividad constructora y al empleo". Por esta razón, los efectos del pinchazo de la burbuja empeoraron de manera ostensible en 2008 para "tocar suelo" a mediados del año pasado, según Seopan.
Se puede pensar, entonces, que optar por construir chalets (esas bonitas urbanizaciones de adosados y/o pareados) en vez de bloques de pisos resulta mejor para la economía porque se traslada más rápidamente el daño en la actividad y en el empleo y también hay antes una recuperación, en cuanto vuelve a repuntar el ritmo de inicio de viviendas. No parece posible que ese cambio de cultura vaya hacerse realidad en un horizonte ni lejano, dada la explotación de suelo al límite promovida por muchos ayuntamientos. Y tampoco es solución. Lo deseable es que se imponga la racionalidad en precios y en oferta, tras un boom que ha dejado más de un millón de casas por vender, chalets incluidos. Está claro, "Spain is diferent" incluso a la hora de sufrir crisis inmobiliarias.
Fuente: publico.es
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