Y dale que te pego. En España se sigue construyendo más pisos que los que se venden.
Es posible que no resulte fácil entender el hecho de que sigua aumentanto la oferta inmobiliaria en nuestro país que ya cuenta con más de 1.000.000 (un millón) de casas y pisos sin vender.
Según el Istituto Nacional de Estadística en el año 2009 se certificó el fin de obra para 387.075 viviendas y solo se vendieron 220.633 pisos o casas de obra nueva. La oferta es el doble de la demanda.
La explicación es el tiempo existente entre el inicio de las obras y su terminación al cabo de 2 años aproximadamente junto con los tiempos previos de planificación, licencias, adquisición de solares, etc.
Los pisos y casas sin vender seguirán creciendo si las promotoras y los bancos (ya convertidos en las mayores inmobiliarias) no rebajan deforma importante los precios. No se conceden hipotecas y se mantienen los precios altos. Así es imposible que se produzca el necesario ajuste del sector inmobiliario.
Las promotoras están en quiebra técnica porque no venden inmuebles y, en lugar de abaratar los pisos, han decidido entregarlos a las entidades financieras: "antes que bajar el precio de la vivienda un 40% se la doy al banco". - Parece ser que les sale más rentable hacerlo así.
El crédito para "actividades inmobiliarias" en los balances de bancos y cajas supera los 300.000 millones de euros (el triple de los recursos propios de las entidades financieras). Como garantía de estos préstamos las promotoras y constructoras presentaron solares y los propios inmuebles y, como no se han devuelto los créditos, estos activos se encuentran ahora en los balances del sistema financiero. - Vaya problemón.
La única posibilidad es bajar los precios hasta que la demanda esté dispuesta a absorber la oferta. En caso contrario España se podría enfrentar a una crisis de larga duración, ya que dos de los sectores más importantes de la economía nacional (la construcción y la banca) tendrían serios problemas para sobrevivir sin dinero público, es decir, el que sale de los bolsillos de los ciudadanos y de las cuentas de las empresas que no son rescatadas.
Pero, según parece, las entidades financieras no quieren asumir esta situación y reflejar en sus balances las pérdidas derivadas de vender barato lo que compraron caro y las promotoras se mantienen en sus trece.
Fuente: libertaddigital.com