Una media del 33,1% de nuestra renta anual fue destinada a la compra de una vivienda. Las familias españolas también empleamos el pasado año para la compra de la vivienda unos 5,9 años, cuando durante la mejor época de la burbuja inmobiliaria dedicábamos mucho más.
En aquel tiempo, un 42% de la renta iba directamente para el hogar, y las familias españolas necesitábamos unos 8,9 puntos más en el tanto por ciento anual de ingresos.
Según los datos comparables del Banco de España (comparación desde 1995), el esfuerzo de las familias ha pasado de situarse en un entorno del 36 % a reducirse por debajo del 30 % durante el periodo comprendido entre 1996 y 2006, año a partir del cual repuntó hasta superar el 40 % en 2008 y volvió a reducirse desde entonces hasta el nivel actual.
Para poder comprar una vivienda las familias empleaban las rentas de más de 7,5 años para poder comprar una vivienda hace cuatro años, en la cima del ¨boom¨ sector inmobiliario.
Y si ahora se destina un 33,1% de la renta para la adquisición de la vivienda, antes esta cantidad era ni más ni menos que de 51,9%. Todo esto descontando las deducciones de las que se beneficiaron quienes compraron un piso.
Entre los factores que han propiciado este cambio de tendencia destaca el abaratamiento del 14,3 % que registró la vivienda en el primer trimestre de 2013, su tercera mayor caída desde el inicio de la serie estadística que en 2007 comenzó a elaborar el Instituto Nacional de Estadística (INE).
A pesar de ello, y según los datos publicados hoy por el ministerio de Fomento, la compraventa de viviendas sumó 54.512 operaciones en el primer trimestre del año, un 21,5 % menos respecto al mismo periodo de 2012, a pesar del fin de las desgravaciones fiscales y del IVA superreducido para este tipo de operaciones.
Fuente: que.es