José Antonio Galdón, el decano de Murcia y presidente de todos los Ingenieros Técnicos Industriales de España, asegura que el certificado de eficiencia energética de las viviendas y edificios, que entrará en vigor en junio en base a la normativa europea, tendrá efectos muy positivos tanto para el ciudadano como para la mejora de la economía y de diversos sectores como el de la construcción aunque, opina, que deberá haber una correcta información y medidas de estímulo.
Nuestro país tiene gran dependencia energética, y considerando que el 40% de la energía consumida corresponde a las edificaciones, "se hace muy necesario el adoptar medidas para optimizar el consumo y concienciar a los ciudadanos de la importancia que tiene tanto para el conjunto de la sociedad como para el individuo en cuestión"
La economía "nos recomiendan disminuir nuestra dependencia energética y ello se consigue disminuyendo el consumo y con la utilización de fuentes renovables, lo que en su conjunto produce unos efectos medioambientales positivos". Pero además, "es el ahorro económico en las familias y que podrán experimentar mes a mes con la disminución de las facturas energéticas", ha añadido.
A través de la certificación energética "podremos tener la información precisa del grado de eficiencia energética de la edificación que vamos a comprar, vender o alquilar, y será un aspecto decisivo para tomar cualquier decisión".
Otorgará valor añadido a aquellas viviendas que tengan un elevado nivel de eficiencia energética (A, B) y aumentará sus posibilidades de éxito en el "maltrecho" mercado inmobiliario, y por otro fomentará la rehabilitación energética de edificaciones con baja eficiencia, por lo que verán disminuidas sus posibilidades de alquiler o venta.
También permitirá un cierto alivio al sector de la construcción e instalaciones que pueden tener aquí unas nuevas oportunidades de trabajo que sin duda son necesarias, ha afirmado.
Y para que todo esto funcione correctamente, Galdón entiende que debería ser la administración la que de alguna forma incentive estas inversiones, que aunque quizás no pueda ser de forma directa a través de subvenciones, si se podrían estudiar fórmulas de incentivos vía contribución urbana o similar, de forma que se premie a las edificaciones eficientes.
Fuente: 20minutos.es
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La visión del decano es correcta, pero creo que debe ser analizada con el filtro de la situación económica actual. Uno de los mayores problemas que tiene un propietario que posea un inmueble antiguo, de más de 35 o 40 años, y que quiera venderlo es que es tal el stock de obra nueva que nadie se fija en esos inmuebles. Y son esos inmuebles los que van a obtener la peor calificación energética. Veo poco razonable la inversión por parte de los propietarios en rehabilitación energética para su venta o alquiler posterior especialmente en un mercado inmobiliario como el actual con caída espectacular en los precios. Pero, por otro lado, el 80% de los inmuebles españoles tienen más de 30 años, y muchos disponen de pocas medidas destinadas a la limitación de la demanda energética, por lo que el mercado potencial de la rehabilitación energética es muy amplio, pero habrá que esperar a tiempos (económicamente) mejores. Los profesionales del certificado energético y del ahorro de energía debemos ser muy realistas en este momento con nuestras predicciones y estimaciones.