España necesita reducir el déficit de manera significativa para recuperar la confianza del mercado internacional
Joaquín Gómez, adjunto al director de El Economista, ha destacado como segundo punto más importante del día, la siguiente reflexión:
Nuestra respuesta a este comentario es la pregunta que se hace toda España, ¿Cómo?
Un no tan reciente artículo publicado en Cinco Días, Cómo reducir el déficit sin dañar el Estado del bienestar, enumera las siguientes directrices para la consecución del cambio:
Recetas a tener en cuenta
-Gasto. Primar el recorte de gasto público, especialmente el corriente, frente al aumento de impuestos sobre la renta.
-Tributos. Serán inevitables alzas parciales y temporales de impuestos. Utilizar también vías no convencionales, como tasas ecológicos y las ligadas a la energía.
-Productividad. Introducir en los servicios públicos el "modus operandi" del sector privado (flexibilización horaria y contractual y salarios variables en función de la productividad).
-Calidad. Análisis de eficiencia de todas las partidas del gasto público. Recorte en las que no han alcanzado los objetivos.
-Copago. Potenciación de esta fórmula para evitar abusos en el consumo de bienes y servicios.
-Ahorro. Vías de economías de escala como centrales de compra de bienes y financiación compartida entre Administraciones, en educación y sanidad.
-Infraestructuras. Privatización parcial de la red y utilización de fórmulas público-privadas para la construcción de nuevas vías.
Este artículo fue publicado en diciembre del año pasado, ¿Qué se ha hecho hasta ahora? Se le ha recortado el sueldo a funcionarios, se ha recortado en sanidad - es el caso de Cataluña, donde dicho recorte asusta a muchos-, han sido absorbidos ministerios como el de igualdad, entre otras medidas.
La secuencia de reducción del déficit es una historia triste, que debe ejecutarse con mayor reflexión por parte de los que tienen el poder. Los ciudadanos deben ser informados de a qué razón responde cada recorte.