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Consejos para el avalista de una hipoteca

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Para conseguir un préstamo, es fundamental que el solicitante reúna una serie de requisitos, entre ellos, disponer una cantidad de ahorro lo suficientemente alta como para cubrir el porcentaje que el banco no concede y los gastos asociados a hipoteca, cuando no se cumple esta condición, se suele recurrir a un avalista. Para avalar un préstamo solo se requiere que el avalista tenga patrimonio y solvencia suficiente. El perfil mas demandamo de avalista es aquel que tiene ingresos fijos, ya sea sueldo o pensión, y sin deudas impagadas. El avalista es una figura que tiene un alto coeficiente de riesgo, en este post te contamos al detalle, los riesgos más comunes.

Informarse previamente

Antes de figurar como avalista, hay que informarse de las condiciones del aval y de lo que supondrá el compromiso, es importante conocer bien a quién se avala así como su solvencia económica y estar consiente de los riesgos que se aceptan asumir para evitar romper la relación personal con el avalado en caso de que este no pueda pagar la deuda. Es conveniente saber las consecuencias derivadas de las mismas, no solo revisando las condiciones, sino incluso negociándolas con el banco.

Responsabilidad

El avalista responde de manera solidaria ante el impago de la deuda, de forma que responde con su garantía personal, lo que implica que ante el impago del solicitante el avalista responde con todos sus bienes presentes y futuros. En resumen, al avalar un préstamo se tienen las mismas obligaciones que el solicitante (más en ningún momento los mismos derechos). La responsabilidad puede limitarse a unos bienes concretos del avalista o ser ilimitada, respondiendo con todo el patrimonio, que es lo más habitual. La responsabilidad limitada puede corresponder a establecer un porcentaje concreto de lo amortizado, estableciendo una garantía parcial, por un importe máximo y un tiempo determinado. En cualquier caso, para que la garantía sea parcial tiene que estar perfectamente incluido en la escritura hipotecaria.

Hipotecante no deudor

Otra forma de salvaguardar los bienes del avalista en caso de impago es firmar como hipotecante no deudor, esta es una figura diferente del avalista por que limita su garantia a un bien concreto, no a todo su patrimonio. De esta forma, la garantía y responsabilidad del hipotecante no deudor se limita al valor efectivo del bien aportado, sin que se puedan reclamar otros bienes presentes y futuros.

Rechazar condiciones abusivas

Un error habitual es pensar que el acreedor debe intentar cobrar antes al titular del crédito antes que al avalista, las garantías solidarias suponen la renuncia a los privilegios de excusión, orden y división. El derecho de orden permite a banco reclamar a los avalistas después de haber reclamado a los titulares hipotecarios. El de excusión exige ir primero contra el patrimonio de los titulares, mientras que el de división plantea, cuando hay varios avalistas, que se reclame la deuda proporcionalmente. Al renunciar a todos estos derechos se podría considerar que el aval es abusivo e iniciar un procedimiento judicial.

Nulidad del aval

Es posible declarar la nulidad del aval por sobregarantía, es decir, cuando al bien hipotecado se le adjudica un valor de tasación para conceder la hipoteca igual o superior al préstamo concedido, en este caso el banco podría saldar la deuda y recuperar el dinero prestado tras la subasta sin necesitar avalistas, debido a esta sobregarantía si el banco lo desea podría quedarse con  los bienes de los avalistas.

Fuente: abc.es, eleconomista.es, pisos.com

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